análisis financieroEste mes es el que en la mayoría de los casos se presenta el impuesto sobre sociedades. El trabajo debe estar básicamente hecho, pues la planificación fiscal de este gran impuesto se hace en los meses de diciembre y enero. Sin embargo, nuestra recomendación es una planificación estratégica a largo plazo, más allá del cierre que comentamos al concluir el año, donde básicamente se revisa que lo planificado se vaya cumpliendo y donde se chequean todos los puntos sensibles para verificar su correcto cumplimiento.

Pagar este impuesto es una buena señal, pues se paga sobre el beneficio, y es una de esas victorias amargas donde todo el mundo quiere ganar lo máximo y pagar lo mínimo, lo que siendo el impuesto a pagar un porcentaje del beneficio conseguido resulta paradójico. Una buena planificación puede llevar a un ahorro considerable, el problema es cuando se quiere aplicar al impuesto la técnica de las reformas caseras, y ya que estamos pedidos un poco más, y otro, y otro… y al final el presupuesto se dispara.

En esta ocasión nos gustaría hacer pedagogía financiera, y recomendar pagar lo que corresponda sin buscar artificios extraños, pues lo que en un principio puede parecer tan ventajoso, porque ahorra el pago del impuesto, luego se vuelve en contra de la empresa al solicitar financiación para ese gran proyecto que desea acometer y que, por el maldito impuesto, resulta que el banco no está dispuesto a financiar.

Los impuestos son una faceta muy importante en todo negocio, pero recuerda que no es la única, así que cuando planifiques el pago del impuesto sobre sociedades no olvides revisar tu solvencia financiera, tu relación con bancos y proveedores, tu imagen cara a clientes… y si no sabes hacerlo recuerda que nosotros podemos ayudarte también en ese asesoramiento financiero.